lunes, 25 de febrero de 2013

FELIPE CALDERÓN TODO LO HIZO MAL


Se fue Felipe Calderón Hinojosa y, con él, se acaba otro de los gobiernos espurios que ha experimentado el país (recuérdese Victoriano Huerta o Carlos Salinas de Gortari) para dejar el poder en un nuevo presidente que proviene de unos comicios igualmente dudosos (Enrique Peña Nieto). (Mal en democracia)

Luego de la declaración de la «guerra contra el narcotráfico», el maliciosamente nombrado jefe del Ejecutivo consiguió uno de sus objetivos principales, que radicaba en generar temor en la ciudadanía para que ésta no organizara movilizaciones de presión que desembocarían en retirarlo de la silla presidencial usurpada. Al menos es una de las hipótesis. Sin embargo, esta medida le ha costado a la nación mancharse de sangre, experimentar niveles de violencia propios de países en conflictos bélicos. (Mal en seguridad)

Además, producto del mismo terror desatado en su sexenio, el ejercicio del periodismo (el real no el ramplón) se volvió muy peligroso en zonas concretas, convirtiendo al país en uno de los puntos geográficos más peligrosas para ejercer dicha profesión. Sumado a lo mencionado, se vivió un estancamiento en materia de apertura en medios electrónicos, particularmente la televisión, ya que la información sigue repartiéndose de forma masiva a voluntad de Emilio Azcárraga (o sea Televisa); ahí sí nadie quiso competencia, sigue habiendo sesgo informativo. (Mal en libertad de expresión)

Pero, bueno, lo anterior algunos lo pasan por alto (mal hecho) por lo bien parada que deja a la economía nacional. ¿Es punto bueno para Calderón el tema económico?

Cierto es que el mundo se tambaleó a causa de la recesión estadounidense en 2008 y que, aparentemente, México la libró y no entró en una crisis como la de 1994. Sin embargo, es falso que las cuentas en la economía sean positivas.

Tres datos confirman el fracaso económico calderonista: 1) Según el Fondo Monetario Internacional, el  ingreso por habitante de México creció durante la administración de FCH en un 2.41%, cifra que ese ubica como la tasa más baja de crecimiento en 25 años del Producto Interno Bruto per cápita; esto refleja que el mexicano tuvo un poder de adquisición pobre. 2) Por otro lado, en cifras actualizadas para este 2012, la  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico reportó que México es el segundo país con mayor aumento en los precios de los alimentos, con una alza del 8.7% (respecto a los países que integran dicha organización). 3) Por último, este año, la misma OCDE calificó a México como uno de los países con peor calidad de vida dentro de 36 naciones evaluadas, quedando en el lugar 35, esto conjugando una serie de variables como lo son el nivel del desempleo, el ingreso económico, los servicios de salud, el nivel educativo y la expectativa de vida (por mencionar). (Mal en economía)

Está claro que para los tecnócratas que se van (Calderón, Cordero y Lozano) y los que llegan (Peña Nieto y Videgaray) la cifra que les gusta manejar es que somos la economía número 13 a nivel mundial (nada mal, dirían algunos inocentes), pero esto claramente es a nivel macro. Para la gente de a pie, basta con hacer un balance en los últimos años como para comprobar que, evidentemente, los ingresos no crecen al mismo nivel que el precio de los bienes y de los servicios.

Para la clase dirigente es obvio que un modelo a seguir de crecimiento es el de China, prácticamente considerada la segunda economía más importante del mundo. ¿Pero a qué precio? No es que en China no haya pobreza, al contrario, basta con voltear al oeste de ese gigantesco país o a las ciudades que no son ni Pekín ni Shanghái como para darse cuenta de que es una falacia el creer que porque la macroeconomía va bien la microeconomía sale beneficiada (la falsa idea del bienestar a causa de la inversión de la iniciativa privada y la apertura global).

Yo propondría más bien tomar modelos de crecimiento modestos, en los que la calidad de vida sea prioritaria y que se traduce en un existir armonioso para la gente, concretamente guiándonos con fórmulas de países como Finlandia, Noruega, Suecia, Dinamarca o, en Latinoamérica, Uruguay.

Violencia desmedida, elitismo económico, desconfianza institucional, decadencia democrática y poca representatividad, son los resultados de un gobierno que mal inició y que mal termina.

Calderón hizo apoteosis de aquello que dicta que «la moral y la política no van de la mano» o, mejor aún, de eso que Groucho Marx inmortalizó: «la política es el arte de buscar problemas, hacer un diagnóstico equivocado y ejecutar remedios falsos».

No cabe duda, todo lo hizo mal  y todo le salió mal, por consecuencia, a todos nos cargó.

Pero lo peor está por venir…

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