lunes, 25 de febrero de 2013

BENEDICTO XVI, JUAN PABLO II Y PÍO XII: DEUDORES DE LA GREY CATÓLICA


Ante la renuncia de Benedicto XVI al pontificado, muchas dudas surgen alrededor de su decisión: algunos dicen que alguien lo habría orillado a tomar tal medida, toda vez que desde hace unos 600 años un papa no renunciaba a su cargo por decisión propia; también está la versión oficial, que refiere a que el propio Joseph Ratzinger, presuntamente por su avanzada edad, 85 años, y un supuesto cansancio habría optado por dejar el cargo.

Muchos comparan la situación del todavía papa con la de Juan Pablo II, este segundo cumpliendo hasta el último minuto de su vida con la máxima responsabilidad de la Iglesia Católica, muy a pesar de que se encontraba francamente mal en lo físico; se le oía, se le observaba cansado.

Más allá de cualquier especulación, me parece legítima y justificada la decisión de dar el paso al costado, como cuando un deportista ya no puede rendir en el terreno de juego porque sus condiciones físicas ya no dan para más. No veo que uno haya ido mejor que el otro por durar más tiempo en el cargo: simplemente Karol Wojtyła priorizó el pundonor y Ratzinger le dio más peso a la efectiva gestión al frente de la Iglesia (en caso de que la versión oficial sea la verdadera).

Yo por mi parte he de decir que no me quita el sueño la situación papal, dado que no me rijo por esa institución religiosa (ni por ninguna otra), sólo me queda reflexionar sobre la tremenda deuda que han dejado muchos de los santos padres: desde aquel papa Pío XII que fue omiso ante las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial contra el pueblo judío (el de a pie), haciéndose de la vista gorda ante las crueldades acontecidas en los campos de exterminio nazis; igualmente, cuando Juan Pablo II se abrazaba y convalidaba a un par de dictadores de la calaña de Augusto Pinochet (Chile) y Jorge Rafael Videla (Argentina), mismos que entre sus logros se cuentan centenares de muertes y desapariciones forzadas; y a Benedicto XVI le cuestionaría su tibia reacción y prácticamente nula consideración en favor de las víctimas de la pederastia tan sacada a la luz en los últimos años, quedando un montón de sacerdotes impunes. (Sólo por mencionar tres casos recientes).

Finalmente, también quisiera trasladar la percepción de aquellos católicos creyentes en las instituciones religiosas, donde me doy cuenta que muchos se encuentran inconformes con la Iglesia debido a cierta insensibilidad, misma que se ve reflejada en lo ostentoso de muchas de las figuras de primera línea del catolicismo, contrastando los lujos que éstos poseen con la pobreza mayoritaria de los seguidores de esa doctrina.

Creo que el próximo papa, si quiere realmente trascender en lo político (entiéndase como la relación entre autoridad y gobernados), más allá de si es negro, latino o escandinavo, debe replantearse todas aquellas incongruencias que han desembocado en una clara reducción de la grey católica; y tomo los datos que la propia arquidiócesis de México emitió en 2012, cuando estableció que en la última década el número de católicos pasó del 88% de la población total en México (112 millones de habitantes) al 83.9%.

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