jueves, 11 de julio de 2013

EL MUNDO ARRODILLADO ANTE EE. UU.


Desde que tengo memoria política, siempre ha existido la figura dictatorial de los Estados Unidos, un ente que impone lo bueno y lo malo, el rumbo que debe tomar el mundo respecto a casi todos los temas. Al decir Estados Unidos no me refiero a los ciudadanos de a pie, más bien a esos grupúsculos que conforman banqueros, trasnacionales, especuladores y líderes políticos, quienes mueven los hilos del mundo. EU actúa como le place sin tener que rendir cuentas al resto de las naciones, haciendo y deshaciendo a placer y conveniencia.

A principios de los años noventa recuerdo que George Bush papá se entrometió en un conflicto entre Irak y Kuwait, arrastrando a todos sus países aliados con la excusa de defender territorio kuwaití y frustrar un presunto atentado contra su persona (la Guerra del Golfo Pérsico). Una década después, George W. Bush (el hijo) entró a Irak so pretexto de evitar el uso de armas de destrucción masiva y  para desarticular a la red terrorista Al Qaeda. Luego de las dos intervenciones estadounidenses en Medio Oriente, el mundo entero tiene claro que las intenciones de los norteamericanos tenían un propósito distinto al pregonado de manera oficial; la versión que a mi juicio más se apega a la realidad es la de conquistar territorios para la explotación de recursos naturales, principalmente el petróleo.

Las consecuencias en Irak hoy en día son fatales, reina el caos y la ingobernabilidad. Y EU como si nada hubiera pasado, pues ningún miembro de la comunidad internacional los reprimió de facto por los desastres ocasionados. En estos días, la suprema nación es capaz de descaradamente aceptar que espía a otros países, de restregarles en la cara que ellos, EU, son la supremacía y que su seguridad es el principal objeto de protección internacional, por lo cual vale tomar cualquier medida.

Actualmente, EU orquesta una campaña de aislamiento e intento de detención del ex agente de la CIA, Edward Snowden (quien reveló la maliciosa maquinaria de espionaje norteamericana), al grado de poner en riesgo la vida de un presidente latinoamericano, el boliviano Evo Morales, a quien bajo la sospecha de que a su regreso de una gira por Moscú presuntamente ayudaría a Snowden a huir, le fue negada la posibilidad de que el avión que tripulaba aterrizara en algunos países europeos alineados, como Portugal, Francia o España. Hasta el cierre de esta columna puros dichos y ninguna consecuencia real por ese hecho. Hace unos días leía alguna declaración que soltó el propio Snowden, en el sentido de que para él el peor escenario ya estaba ocurriendo, pues la intromisión estadounidense en un hecho que debería se meritorio de una condena generalizada, tanto de naciones como de ciudadanos, por violar las libertades globales, y que sin embargo ha quedado impune, sólo se ha caído en un juego de demagogia en donde los países se pronuncian tibiamente exigiendo explicaciones pero para nadie ha tomado medidas concretas. De hecho, la actual crisis internacional de espionaje se da en el marco de las negociaciones de un tratado de libre comercio entre EU y la Unión Europea, acercamiento que uno pensaría que podría quebrantarse, al existir algún grado de tensión global; nada más lejos de la realidad, lo comercial y lo financiero no se ha trastocado en absoluto.

«Que me odien con tal de que me teman» (Calígula César)

Da la impresión de que la misma narrativa que ha utilizado Israel después de la Segunda Guerra Mundial es la que a EU le ha funcionado en la más reciente década, legitimando cualquier acción en nombre de su seguridad, en este caso particular luego del coyuntural atentado del 11 de septiembre de 2001.

Creo que una buena muestra del sometimiento mundial respecto EU es la actitud que muestra México ante el vecino del norte, tratando de dejar que la cosa fluya en torno a temas de primera línea como el incremento en la vigilancia fronteriza (Reforma Migratoria; una medida reaccionaria) y el propio escándalo de espionaje que, tras las revelaciones de Snowden, se dice que los estadounidenses habrían estado violando la soberanía mexicana al parar oreja en temas tan trascendentales como el energético y el del narcotráfico.

Al mundo parece no interesarle eso que salió de la mente del revolucionario mexicano Emiliano Zapata: «mejor morir de pie que vivir arrodillado».

1 comentario:

  1. Bastante atinado y verídico tu publicación.
    Saludos
    Armando y Maris

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