Hace unos días escuchaba un
conversatorio sostenido entre cinco destacados periodistas mexicanos hablando
precisamente sobre el ejercicio de la libertad de expresión en el país. El
panel lo conformaba gente tan comprometida como distinguida de la talla de
Lydia Cacho, Rafael Barajas «El Fisgón», Anabel Hernández, Diego Osorno y
Marcela Turati. Los mencionados panelistas estaban reunidos para recaudar
fondos en apoyo a otros periodistas que por motivos de seguridad han tenido que
apartarse de su profesión, siendo muchos de ellos auténticos exiliados (a nivel
nacional e internacional).
Y es que es cierto, el
escenario periodístico a nivel nacional es poliédrico. En México tenemos distintas
realidades que inhiben la libre expresión de contenidos, de informaciones, condición
que por cierto fue una de las conclusiones a las cuales llegaron los referidos
comunicadores.
En mi parecer existen tres
factores primordiales que a nivel nacional atentan contra el ejercicio de la
libre expresión, del periodismo sin cadenas: 1) La delincuencia. 2) La
hegemonía gubernamental. 3) El monopolio de los medios masivos de comunicación.
Periodistas
amenazados
Está claro que esta primera
limitante que enumero en el ejercicio del libre periodismo está latente en
puntos geográficos específicos, que no son pocos, en donde literalmente los
jefes de redacción, periodistas y articulistas deben omitir «ciertos temas» por
amenazas directas. El fenómeno se puede apreciar concretamente en la parte
norte del país, principalmente en los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo
León y Tamaulipas; aunque también, bajando por el Golfo de México, en Veracruz,
así como en el lado opuesto de esta zona de la República, en estados como
Sinaloa, Jalisco, Michoacán y Guerrero, además de los céntricos San Luis Potosí
y Zacatecas. En algunas localidades de dichas demarcaciones —por lo que uno ha
llegado a enterarse— hablar de Los Zetas, por ejemplo, es impensado, incluso
teniéndose que guardar notas cotidianas de accidentes comunes como choques, o los famosos cierres de vialidades, todo esto
debido a que la operación de los grupos delincuenciales tienen muchas facetas y,
generalmente, lo noticioso está relacionado con ellos. Mejor silencio total.
¿Y quién les va a echar en
cara a esos periodistas que no dieron tal o cual información cuando su vida,
las de sus familiares y compañeros dependen de ello? Por supuesto que nadie.
Prensa
vendida, comprada y acotada
La segunda limitante de
libertad de expresión viene dada desde aquellos grupos gubernamentales que
precisamente son los encargados de garantizar el cumplimiento cabal del
Artículo 6°. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero
que en la práctica condicionan jugosos contratos publicitarios a cambio de que
no se hable bien o mal de tal o cual actor político o tema (s). Y es que las
ganancias por concepto de publicidad gubernamental son el principal sostén para
una gran mayoría de medios de comunicación en el país y, sin estos recursos, dichos
espacios informativos ni siquiera tendrían razón de existir; es una culpa
compartida, de los medios por seguir el juego y de los gobiernos por hacer uso
ilícito de recursos públicos. Esta práctica si bien es heredada del PRI, la han
aprendido con rapidez PAN y PRD, reproduciendo medios a modo por todas las
entidades federativas, que hablen bien del jefe, del gobierno en turno,
limitando el periodismo de investigación libre.
Medios
masivos vendidos
Finalmente, el tercer punto
inhibidor de la libertad de prensa que identifico es la concentración de los
medios masivos de comunicación en la plutocracia que mueve de facto los hilos
políticos del país.
Hablar de medios masivos en México
es hablar en realidad de un ente nocivo, lastre del país: Televisa. La empresa
propiedad de Emilio Azcárraga Jean tiene bajo su poder a una audiencia cercana
a los 65 millones de televidentes, listos para llenarles la cabeza de
información a su conveniencia, prácticamente sin ninguna competencia a nivel
nacional (TV Azteca, que es su empresa competidora en el papel, sigue sus
mismas prácticas y líneas editoriales).
¿Solución? A corto plazo, seguir
difundiendo información a través de la versatilidad del Internet, con sus
maravillosas redes sociales, a fin de poner sobre la mesa los temas que por
alguna de las tres razones antes citadas no se tratan. A largo plazo,
simplemente generar instituciones nacionales que garanticen lo que en el papel
ya está escrito: que en México tenemos el derecho a expresarnos libremente.
BIEN DICHO. EL MIEDO ES EL PRINCIPAL MIEMBRO DE LA DERROTA Y LA DESINTEGRACIÓN SOCIAL Y EMOCIONAL. CON ÉL,LOS 3 FACTORES ANTES MENCIONADOS, SERÁN LA PUNTA EN LA PIRÁMIDE EN UN PAÍS, ESTADO, PUEBLO O FAMILIA. EL MIEDO: EL PRINCIPAL BLOQUEADOR DEL AMOR, Y LO QUE SE NECESITA ES AMOR DEL BUENO!!!
ResponderEliminarMARIS